Tostadas de pollo

¡Qué tostadas de pollo tan espectaculares nos hicimos ayer! A ver, vámonos entendiendo: en México es facilísimo hacer o comer en cualquier parte tostadas de pollo; pero ponte a ver en Madrid en dónde encuentras tortillas tostadas en comal o en aceite y de dónde sacas frijoles refritos y quién te abastece una salsa verde. Pues todo en casa, porque ya les he contado que las tortillas (me refiero a ese pan mexicano de maíz que es básico en nuestra alimentación, no a las de huevo; qué maldición que se llamen igual) nos las traen las visitas, las empacamos al vacío y las guardamos en el congelador. En cualquier parte venden judías pintas o moradas o canelas e incluso lo que acá se llama frijoles negros, igual que allá; pero hacerlos refritos para untar en las tostadas es arte culinario puramente azteca. Pollo cocido y deshebrado, igual en cualquier parte. Cebolla rebanada, rodajas de jitomate; aguacate, que se ha vuelto universal, y una corona abundante de lechuga finamente cortada. Y tenía unos tomatillos de milpa, que dejados a la intemperie duran muchísimo: los cocí en agua con chiles verdes (también he encontrado la manera de que los chilitos me duren frescos dos o tres meses) y cebolla; lo molí todo, lo seguí cociendo y antes de ir a la mesa le puse cilantro picado: ¡qué salsa verde, coño! Ese queso desmoronado que les ponemos en México no existe aquí, y la crema no me cae nada bien, aunque esa, que se llama nata, sí hay. Buenísimas tostadas, güey.

Leí los tres últimos días en La Jornada un largo y serio artículo sobre el petróleo en México, firmado por Cuauhtémoc Cárdenas; un análisis del estado actual de los recursos petrolíferos, de sus antecedentes y sus posibilidades; más informado que Cuauhtémoc sobre el tema difícilmente se puede estar, pero lo que me impresionó fue la serenidad con que está presentado, la claridad de las propuestas y la vía directa hacia su aplicación; un estudio sin acusaciones, sin aspavientos ni tremendismos; ojalá que el gobierno actual esté a la altura y se pueda rescatar y utilizar con sensatez ese recurso. Como no puedo pensar que el Ingeniero esté buscando chamba ni votos ni tratando de acomodarse en posiciones políticas sólo veo una madurez humana al servicio de los demás: mi admiración y respeto.

Y aquí la cosa de las elecciones se está poniendo buenísima: ayer, el ex presidente Aznar dijo que cada voto que no sea para su partido, el PP, será para ETA; semejante retruécano, junto con otros que utilizó acusando al presidente Rodríguez Zapatero de lo que sólo es imputable a su propio acusador, si no fuera por su gravedad, deberían mover a la carcajada; lo malo es que en comunicación de masas la razón y la sensatez no son siempre la moneda que más circula y varios millones de españoles le creen; o bueno, a lo mejor no es lo malo sino lo bueno, güey.

3 comentarios:

Alfredo dijo...

Alejandro:

Hay que ver que a estas horas de la mañana me has abierto el apetito de una manera im-pre-sio-nan-te.
Sólo de leer la descripción de las tostadas de pollo que se "recetaron" ayer se me antojaron terriblemente.
Yo no tengo tantos recursos como tu, pero espero ahora que vaya a México poder saciar toda esa gran lista de antojos que al leer tu blog se va creando.
¡Buen Provecho!

Alejandro Aura dijo...

Alfredo, qué pena; perdóname por andarte provocando, pero la verdad es que es bien fácil hacerlas, hasta las tortillas puedes encontrar en El corte inglés. Es nomás cosa de tener la determinación y el coraje.

Alfredo dijo...

Determinación y coraje tengo, no lo puedo negar, pero me hace falta el tomatillo para hacer la salsa verde. Sin embargo, he pensado que las voy a hacer con salsa de jitomate para que no me salga el granito en la lengua del antojo.
Aunque el otro día cociné una Cochinita pibil que no me quedó nada mal, jejeje. Tuvimos una comida en la Casa de México en Málaga y varias chicas me pidieron la receta porque les encantó.
¡Cómo se nota que a ambos nos encanta la cocina y el buen yantar!