Propiedades que las dueñas han

Y vámonos al poema. Se acabaron, por lo pronto, los breves y vienen dos, hoy y mañana, que les quitarán un minuto más. De este no tengo nada que decir, porque lo dice él mismo con su entera claridad. El título es alusión y homenaje por lo mucho que le debo al Arcipreste de Hita, antepasado mío.


PROPIEDADES QUE LAS DUEÑAS HAN

Parecido a cuando uno mete la mano en un nido y hay una cría reciente
que reclama la invasión a su cándido espacio
pero que acoge sin miedo al imprudente compartiéndole su calor íntimo;
ese calor que no es externo ni se asocia a ningún agente extraño
sino que está allí
y adentro
y allí, allí como su cálido nombre;
calor de vellón, de flojel de paño, de pelusilla bruta,
ese calor tranquilo que sin embargo en cualquier momento puede acreditarse como el origen mítico del fuego
y crear en el ojo del remolino o en el ojo del huracán un nuevo núcleo portentoso,
una mirada ciega que por su profundidad abismal tiene el privilegio de la luz en su confín remoto;

parecido a una nave pequeña para un solo marinero que se embarca cualquier mañana fresca hacia el final de su destino
y les cuenta a todos que sólo es una navegación sin consecuencias, un acto deportivo, un paseo, que volverá enseguida,
y se pone a escribir recados tranquilizadores para aquellos que lo van a esperar
cuando sabe que aun todos los mares conocidos y los mares por conocer sólo serán nueva ruta pacífica hacia el océano hirviente
en donde no nomás perezca sino se pierdan su nombre y su memoria,
según tiene escuchado el pobre en los meandros del sueño
en donde los dioses le depositan personalmente sus mensajes secretos;

parecido a una orquídea oscura que se ha tardado tanto en conformarse,
que ha puesto tejido por tejido a través de largo tiempo
con una voluntad de perfección en la belleza
que no hay insecto que resista su atracción de miel sombría y ácida;
saca el animalillo su lengüeta y testerea el pistilo y se desata una efervescencia de olores que opaca toda la hediondina salvaje de la selva;
una orquídea oscura; un lenguaje mayor en la academia de las flores,
donde todo lo que es lucido y lozano y vaharoso y promisorio se somete
al imperio solemne de esta floración de lo profundo, de esta forma inaugural de la belleza;

parecido a la escritura más antigua de que se tenga rastro,
y aún más lejos, en donde el garabato se escribía con el desplante de los elementos y quedaba en la roca,
en la concha, en los caparazones de la magia, en la conformación de las especies y en el arenero feliz del firmamento;
allí donde, perdóname que te lo diga, iban a consultar los más remotos dioses lo que se debe hacer para ser acogido en su sabiduría
y poder proceder de inmediato al festín de los orígenes;

parecido a una mano en la oscuridad que es la última esperanza del condenado
entre cuyos dedos enigmáticos mi lengua temerosa se atreve y se retracta;
se atreve porque la mano es franca, amiga, cálida y tiene el activo revés de la caricia,
y se retracta porque teme que de repente salga el diablo con sus lenguas rojas, y boca a boca lo funda y se lo lleve;

me pregunto a qué baile se parece y estoy seguro de haberlo imaginado antes de que se abrieran al mundo mis sentidos,
se parece al más sabroso y cool de cuantos bailes han ejecutado en los lentos oasis las zahoríes para enhebrar las almas de los camellos en el ojo de aguja del deseo;

parecido a la frescura que provoca al oído la música bucólica de flautas, siringas y zampoñas
en un mediodía primaveral en que se baja uno del coche y a la sombra de un árbol
se pone a leer romances y madrigales en los que ya todo lo amoroso, lo descriptivo, lo carnal, lo tocante al enigma femenino ha sido dicho y sólo queda
atreverse a enfrentarlo, y

a decirte mirándote a los ojos que tienes el coñito más lindo, más aterciopelado, más tierno, más terso, más sabroso, más íntimo, más cálido, más dulce, más arrebatador que en mi vida he visto.

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1 comentarios:

SOL dijo...

Creí que no volvería a leer este poema.
BUENOS RECUERDOS :)




Sol con lumbagia.