Felicidad del oficio

FELICIDAD DEL OFICIO

Qué magnífico ejercicio
si no se convierte en vicio,
puedes matar a quien quieras
y hacerle sus calaveras

si matas al presidente
no pasa nada en la calle
no hay política que estalle
ni se sorprende la gente.

II

No hay para narrar mejor procedimiento
que dejar que las palabras fluyan
como van en el que llaman pensamiento
y dejarlas que intuyan
que tanteen,
que digan sus bobadas
y paseen
por los espacios de sus propias coordenadas.

Y así si de morir se trata,
y si el asunto son las calaveras,
no maltrata
la vocación de las primeras
jugar un poco a los muertos y las morideras

Hay que buscar primero personajes
ponerles asegún sus vicios,
sus maneras y linajes
y quebrar la cascarita del humor
para sacar la almendra de los estropicios
que hace la inteligencia del rumor,
de los dimes y diretes
los certetes y falcetes
y el despliegue sonoro de artificios.

1 comentarios:

Mablog dijo...
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