Sala VIP del blog
Echo de menos en el blog una página colectiva, una especie de foro de ensayos. Trataré de explicarme porque creo que tiene más que ver con el mundo onírico que con la realidad. Estaba soñando antes de despertarme para ir a los análisis de sangre -como he de dedicarle el tiempo al hospital lo tengo escaso para la bitácora- que lo que hacía era abrir una entrada al pizarrón de apuntes y con ello los posibles lectores se entretenían y se ilustraban porque tenían acceso a una entretela, que si bien no tiene rigor estilístico ni siquiera higiene gramatical, sí muestra cuáles son las preocupaciones de los demás en cuanto a formas de comunicación y jerarquización de los temas que se tratan. Supongo que no debe ser tan difícil instalar en el blog esa posibilidad; tal vez una página de ingreso restringido, una suerte de sala VIP a la que se entre previa identificación, para evitar a los maloras y a los chistositos, en la que haya otro nivel de discusión más cercano y libre que el de las opiniones que se pueden verter al final de cada página. En fin, lo hablaré con Milagros, que es el alma técnica de esta maquinaria.
Por lo pronto, cojo mi Don Casmurro, de Machado de Assis, a quien nunca había leído (¡diablos, es tanto y tanto y tanto lo que no he leído!), con el que estoy encantado: qué prosa más suave, sencilla y directa, y llena al mismo tiempo de malicia, ironía, socarronería y complicidades con el lector; qué gusto da leer a los autores que no sienten desprecio por sus lectores; ya paso de la mitad y hoy tengo tiempo quizás para terminarlo; estoy encantado. Cojo mi libro, digo, y me marcho al Hospital de la Princesa al primer acto de los pinchazos de hoy. No les contaré porque ya antes les he descrito paso por paso el proceso, pero sí, cuando regrese a desayunar, procuraré que me quede un poquito de tiempo para terminar la página y lanzarla a sus apetecidos vuelos...
Heme aquí, que ya volví. Es julio y tuve frío, y eso que voy de manga larga, pero es que por la noche el calor se fue de juerga -como es verano- y unos vientos fríos aprovecharon para refrescarse con lo que había quedado de bochorno. Ojalá que todo fuera julio y agosto para la salud pública; disminuyen tanto los que necesitan atención médica y como no hay complicaciones de tráfico se llega pronto. Parece que el cáncer estuviera de vacaciones y uno pudiera andar por ahí sin peligro alguno. A las ocho comienzan regularmente a sacar sangre; pues hoy lo hicieron a las 7:42, y como no se me habían adelantado tantos madrugadores entré en el segundo grupo, que van de cinco en cinco, y a las 8:03 estaba fuera. Casi ni tiempo tuve para retomar mi don Casmurro, que anoche lo dejé contando cosas deliciosas de su ingreso al seminario después que tuvo que abandonar a la bella Capitu con quien se juraron, mano con mano, junto al brocal del pozo, que se casarían.
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