Anoche y la prensa

Lo primero que hago al levantarme es abrir las ediciones electrónicas de los periódicos de España; quiero saber cómo reseñaron finalmente el Palenque de Poetas de anoche. Trato de orientar mi criterio antes de hacer mi propia crónica teniendo en cuenta las versiones de las distintas tendencias periodísticas porque ya sabemos que lo que unos ven colorado otros lo ven descolorido y estoy seguro de que me encontraré lo mismo con exageraciones que con versiones mezquinas de los hechos. No pienso, claro, que vaya a aparecer en portada como nota de interés internacional pero busco el encabezado que remita al lector a la sección correspondiente. Se repartieron 100 000 tubos de pasta de dientes sospechosa, anuncia El País; La verborrea no tiene sexo, nos informa el ABC; Ninguna película española está entre las 25 más vistas en lo que va de año, dice El Mundo; Los derechos del fútbol cambian de mano, anuncia La Razón; La mayoría de los catalanes creen que se debe exigir por ley a los inmigrantes que sepan catalán, avisa La Vanguardia. ¿Y el Palenque?

Pues con su pan se lo coman. Porque el Buenavistilla estaba a reventar; todas las edades y estratos de la sociedad estaban representados; personalidades naciones e internacionales del arte y la política convivían en la mejor disposición de disfrutar los efluvios de aquel transcurrir de la poesía que entre ambos bardos vertieron a raudales. Se dijo -lo dijo en caracterización del señorío la actriz María Aura, cuando presentó el acto- que la emulación con un palenque tenía que ver con el vigor y con la sangre, con el esplendor y la belleza y que se verían formas y colores, sonidos y asombros, en resplandores de palabras. Leyó luego un pregón con el que dio apertura al ir y venir de versos. Julio Trujillo llevó la voz cantante; una y otra vez, con magníficos poemas, obligó el tema y llevó al "Colorado" a su terreno. Ninguno de los dos flaqueó en el reto y el público aplaudía conmocionado. Se leyeron muchos y muy variados poemas que fueron conformando el cuerpo que los asistentes vieron, conocieron, disfrutaron. Como no se pueden reseñar las emociones más allá de consignar que las hubo y que marcaron la noche, me detengo aquí. Quien quiera saber más que dé vuelta al tiempo y se apersone en el sitio.

Luego cantaron Fernando y Toya. Repertorio que incluía piezas de delicada belleza; poemas musicalizados y aires populares. Cantar y reír. La noche se distendió contenta y todos charlamos, nos abrazamos, tomamos un trago y nos fuimos serenos a masticar cada quien el poquito de riqueza que adquirimos. Y pues no encuentro los ecos de la prensa paso a informar por cuenta nuestra que han seguido llegando las participaciones personales en copas para brindar y Milagros las ha puesto en su sitio. No más alboroto, pide el alma; un espacio de silencio; dejar que poco a poco se disuelva la peladilla en la boca hasta que salga la almendra. Tranquilidad; estarse quietos al menos un rato...

1 comentarios:

plumacaida dijo...

Alejandro: los periódicos son inmediatez: pasta de dientes, verborrea, futbol. La poesía es trascendencia, por eso los periódicos le tienen envidia. Que lástima no haber podido estar, pero el espiritú estuvo y lo disfrutó casi como si lo huibiese vivido.