25
jul
2007

Soneto

Aquí aparece, en formato clásico, uno de los asuntos que más ha ocupado el tiempo de mis versos. Una sola entidad, no dos, es lo que llamamos cuerpo y alma.


SONETO

Cesar podrán las venas de mi pluma
su sanguíneo caudal perecedero,
podrán secarse en su secreto fuero
los minúsculos copos de la espuma

y disolverse tanta luz en bruma
ocultando al escéptico agujero
impreso como un sol de mal agüero
sin que deje de verlo y me consuma;

el hoyo de la punta del camino,
ese que en hielo, maldición y tierra
habrá de consumir la llamarada,

filo de pedernal, hoja del trino
de un transcurrir cortísimo que aterra:
escaso es el vivir, y luego nada.

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