Soneto

Aquí aparece, en formato clásico, uno de los asuntos que más ha ocupado el tiempo de mis versos. Una sola entidad, no dos, es lo que llamamos cuerpo y alma.


SONETO

Cesar podrán las venas de mi pluma
su sanguíneo caudal perecedero,
podrán secarse en su secreto fuero
los minúsculos copos de la espuma

y disolverse tanta luz en bruma
ocultando al escéptico agujero
impreso como un sol de mal agüero
sin que deje de verlo y me consuma;

el hoyo de la punta del camino,
ese que en hielo, maldición y tierra
habrá de consumir la llamarada,

filo de pedernal, hoja del trino
de un transcurrir cortísimo que aterra:
escaso es el vivir, y luego nada.

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