Lenguajes del blog

A propósito de la escritura en el blog, me comenta Norberto de la Torre si no será necesario emprender una búsqueda de nuevas formas de lenguaje, y me pone como ejemplo esta reducción magnífica: Ke bno ke los tigrs no existen, los inventó Lizalde n sus poemas. Que viene a ser una eliminación de letras fáciles de sustituir por la voluntad pero contando con la información previa del lector. Podría ir más lejos todavía: ke bno q ls tigrs n xistn, ls invntó Lizld n ss poems, o algo por el estilo, tal como hacen los chicos en sus mensajes de teléfono a teléfono. Siempre y cuando el lector sepa que el poeta Lizalde tiene un libro de poemas en que trata el tema de los tigres como metáfora, porque si lo ignora ni la reducción ni las palabras completas cumplirán con su objetivo.

También dices, Norberto, que el género podría equipararse con los epigramas, los haikus o las greguerías; es decir, que te inclinas por la reducción máxima en el uso del lenguaje, menos palabras y más sentido; menos letras y más significados; pero desde mi punto de vista no es necesario, en el blog no hace falta la reducción, el espacio no es problema como sí lo es en la comunicación de esos mensajes inmediatos. Aquí lo que hace falta, creo, es la claridad y la precisión porque el lector puede asumir cabalmente las palabras completas e incluso disfrutarlas si llegan a ser como caramelos o como frutas oportunas. O como pases a otras formas de realidad. No creo que el lector de blogs busque una comunicación compacta en su presentación. Y más todavía: puede disfrutar lenguajes cifrados y códigos secretos, como los que usábamos en aquellos antañísimos: nofo mefe gufus tafa lafa sofo pafa, porque hay espacio y hay tiempo; quizás lo que falte sea confianza en que lo que se está leyendo vale la pena.

Pero, claro, este objeto sobre el que escribimos no es un libro -me refiero a la pantalla-, no tiene entidad duradera propia, se borra con un clic, con un paso de enter, y si no logras captar la atención del lector y hacer que lo marque en su archivo o, mejor, en su memoria, no has logrado el objetivo; pero, ¿no será lo mismo que pasa con toda lectura? ¿No será una ilusión lo de que el libro puede perdurar por su forma material a pesar de su contenido? El tema está para escribir no una página sino muchos libros, pero me encantó que Norberto cogiera el trapo y se le antojara lidiar a esta bestia.

Escribir es relativamente fácil; usar la escritura como forma de convivencia aceptada por los demás es lo que está cabrón.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo que vives en España. Por allá se publica un blog donde se cuestiona el aporte de México a la cultura mundial. No son pocos paisanos los que han puesto en su lugar al autor de esas tres entradas sobre nuestro país. Por si te interesa es :www://compostela.blogspot.com

Anónimo dijo...

Mi querido Alejandro, siempre me he opuesto a ese "ahorro" de letras y palabras en los mensajes. De por sí es pobre el vocabulario de muchos de nosotros como para empeorar la cosa y mandar esas terribles K´s y demás abreviaturas. Sobre todo los jóvenes, quienes con esto van en retroceso en cuanto a ortografía. Diario lo veo en la redacción con los chavitos EGRESADOS que legan a hacer sus prácticas y se la pasan en el chat todo el día y uno los ve y dice "pero cuánto escriben estos muchachos", pues los ve uno entradísimos tecleando. La sorpresa, están mandándose mensajes, con todo y abreviaturas y faltas de ortografía. Claro, a la hora de hacer una nota, no saben ni la O por lo redondo.
La palabra, la dichosa palabra como dice el buen Pablo. Es para cuidarla y enriquecerla leyendo y alimentándose uno de escritores como tú, que nos regalas tus textos, con palabras completas y descripciones detalladas.
Saludos desde acá. Besos. Rocío

Anónimo dijo...

Se me fue una ele en llegan.

Xuravet dijo...

Don Alejandro: Como siempre me encuentro con un platón de fruta y dulces para deleitarme con esa prodigiosa variedad. Estoy de acuerdo en que la utilización de esas abreviaturas en la escritura, que actualmente utilizan muchos jóvenes, es un retroceso que no aporta nada a la idea central y si le añadimos la falta del contexto adecuado, esto se vuelve irreconocible. En algunos foros en los que participo se han presentado ocasiones algunos miembros con este tipo de mensajes, motivo por el cual muchos de nosotros protestamos por lo difícil de leer y seguir la temática de la charla. El argumento principal es que si se tiene el espacio para plantear claramente los puntos de vista, no es necesario esa compresión de texto.
Un saludo y seguiré disfrutando de tan variadas golosinas literarias.

Norberto dijo...

Hola Alejandro. Desde luego que estoy de acuerdo contigo, por edad y otras cosas. Me gusta la brevedad, no la distorsión. Sólo propongo cosas para charlar contigo. Creo que hoy día necesitamos hombres que conversen, como tú, no tenemos otra cosa qué oponer a la dcrueldad y la violencia que la conversació0n, el acuerdo y la amistad.

Gaviota_mx dijo...

Recuerdo que cuando estudiaba mi materia favorita fue siempre el Español, pero no sé qué diablos me pasó que de repente me convertí en una "purista" del lenguaje al mismo tiempo que en la amiga insoportable sabelotodo que siempre corregía a sus amigos cuando osaban equivocarse gramaticalmente.

Afortunadamente algunos tipos de estupidez los curan el tiempo y las lecturas, así me di cuenta que el lenguaje, le guste a quien le guste, cambia. Para bien o para mal.

En estos tiempos globalizados en los que el ahorro de energía, tiempo y espacio son la prioridad, me parece lógico que el lenguaje también se tenga que adecuar a las dinámicas actuales.

La cuestión sería, a mi parecer, buscar una forma de abreviar los mensajes sin hacerlos perder el sentido ni la creatividad, (claro, está cabrón) pero valdría la pena.

Sin embargo, me parece que estas formas de comunicarse, puestas en boga sobre todo por los mensajes de texto en teléfonos celulares y el chat en Internet, llegaron para quedarse.

Aquellos que nos ufanábamos de tener buena ortografía y una idea más o menos aceptable del manejo de la gramática, semántica etc., tendremos que buscar algún otro pasatiempo. Y aprender los nuevos lenguajes!

Anónimo dijo...

Bueno, al árabe le pasa lo mismo, que sólo coloca avisos para decir 'aquí hay una vocal' y tú tienes que decidir de qué vocal se trata, lo que hace que un contemporáneo pueda rellenar fácilmente los espacios, pero no una persona que lee varios siglos después (caso de las jarchas mozárabes).
Por lo que creo que el lenguaje de sms es útil para lo que se usa, justamente, pero no para escribir. En todo caso, el laconismo del lenguaje debería estar en el ritmo de las frases y ajustarse a los 'tempos' rápidos, con lo que eso provoca en el lector.
A mí me gusta que la escritura tenga, por un lado, amplitud y elocuencia ( periodos largos, subordinadas, etc), y luego se encoja un poco, se vuelva 'allegro', como en Pascal Quignard, que tiene una estructura musical, que alterna los tempos. Eso enriquece mucho la prosa.
En cuanto a la perdurabilidad, creo que es instantánea, todo lo leído perdura en el momento de ser leído, y luego la memoria lo retiene como instante fugaz, único, ya que todo lo leído se metamorfosea en cada lectura, de modo que es y no es. O más bien, ha sido y después será (siempre) otra cosa.
Saludos.